En el gigante asiático, todos los años durante los días previos al Año Nuevo Chino se repite el mismo fenómeno de masas: el chunyun (春运) o migración masiva de chinos a sus poblaciones natales, versión autóctona, salvaje y desmedida, de nuestro entrañable vuelve a casa por Navidad.
El chunyun se inicia 15 días antes de la víspera del Año Nuevo Lunar (operación salida) y termina unos 25 días después (operación retorno). Durante ese periodo de 40 días —lo cual no significa que todos los chinos gocen de tan extensas vacaciones—, cientos de millones de personas se desplazan de las grandes ciudades al campo para disfrutar de las fiestas con sus familias.
Sumando los viajes de ida y de vuelta, que suelen incluir más de un trayecto en diferentes medios de transporte, entre fines de enero y mitad de febrero de 2024 se alcanzó la astronómica cifra de 9.000 millones de desplazamientos de pasajeros, según el rotativo chino en lengua inglesa Global Times.
El tren suele ser el medio de transporte más utilizado durante esta peregrinación, seguido del autocar y del avión. En los últimos años, empero, un número cada vez mayor de chinos está utilizando medios de transporte alternativos debido al hartazgo que la masificación y las largas horas de espera para subir a los trenes, autocares o aviones provoca en los viajeros.
Dichos medios de transporte alternativo son variopintos y reflejan tanto el poder adquisitivo de sus usuarios como el descontento o el ánimo de protesta por la reiterada falta de organización del gobierno chino en la gestión, o indigestión, de este fenómeno anual.
En bici
En 2013 (año de la serpiente), Sun Weibo, natural de la provincia de Henan, decidió recorrer el camino de vuelta a casa en bicicleta. Desde entonces su ejemplo está siendo emulado por miles de chinos, felices no solo por librarse de las colas y el estrés producido por las aglomeraciones, sino también por realizar una saludable actividad física y por no contaminar el medioambiente durante el trayecto. El método Sun cuenta incluso con nombre propio, aunque nada imaginativo: ‘vuelta a casa en bici.’
En moto
La motocicleta es un medio de transporte cada vez más popular para realizar la peregrinación del chunyun debido a su maniobrabilidad y versatilidad. En 2015 (año de la cabra), más de 600.000 personas optaron por la moto para volver a casa en fin de año (chino). Los motoristas suelen ir en grupo, como también ocurre con los ciclistas, y no tienen nada que envidiar a los moteros de las carreteras estadounidenses, cargando el vehículo con grandes bultos repletos de regalos para sus familias. Son toda una atracción en la carretera por esas fechas.
En tractor
¿Y por qué no? Es un medio de transporte como otro cualquiera. Permite transportar a muchas personas sin demasiadas limitaciones de equipaje. También permite enganchar remolques donde se puede acomodar a más personas o paquetes (a veces son lo mismo). Aunque es una práctica penalizada por el código vial chino, la policía suele hacer la vista gorda durante fechas tan señaladas.
A pata
La tracción propia o autolocomoción es una alternativa poco habitual pero no por ello inexistente. En 2015, dos estudiantes universitarios cansados de la incomodidad de los trenes repletos hasta la bandera decidieron contratar los servicios de sus propias piernas y recorrieron 400 km en 10 días. No obstante, al contrario que la ‘vuelta a casa en bici’, parece que la ‘vuelta a casa a pata’, por motivos obvios debido a la extensión continental de China, no está siendo muy emulada.
Al estilo Forrest Gump
El jogging ha penetrado el mercado de la movilidad en China desde, al menos, la edición del Año Nuevo Chino de 2016. Aquel año, Huang Changyong, de 33 años de edad, decidió volver a casa trotando cual Forrest Gump, ganando adeptos durante su trayecto de 600 km desde Shenzhen a Chenzhou, su población natal. Por lo menos es más rápido que caminar.
En helicóptero o jet privado
A medida que los chinos se enriquecen, también lo hace la gama de medios de transporte a su disposición. Los chinos más acaudalados sacan provecho de su ventaja pecuniaria y vuelan, copa de champán en la mano, sobre las cabezas de ciclistas, moteros, tractoristas, caminantes y del Forrest Gump chino. Quizá fueron estos últimos, quienes, sarcásticamente, acuñaron la expresión de moda para retratar a los potentados chinos: ‘ricos y caprichosos’. Lo menos que se puede decir es que China es un país de contrastes.
Han transcurrido ya más de dos meses desde que los chinos estuvieron reunidos con sus familias festejando el Año Nuevo Lunar y volvieron a sus lugares de residencia habitual (i. e. al curro) de igual manera como lo hicieron en la ida. A pesar de los meses de retraso con los que publicamos este artículo, no queríamos olvidarnos de felicitar a todos, chinos y no chinos, un muy feliz y próspero año del dragón (título de una gran película, por cierto).