El pasado mes de noviembre se inició el proceso judicial por el sangriento atentado terrorista cometido en 2015 en el templo de Erawan en Bangkok, Tailandia. La primera sesión del juicio se celebró el martes 15 de noviembre en un tribunal militar de la capital tailandesa.
Desde que una junta militar, autodenominada Consejo Nacional para la Paz, se hiciera cargo de la dirección del país en 2014, los tribunales militares tienen jurisdicción sobre los crímenes de gran magnitud o que afecten a la soberanía del país.
Los dos únicos acusados son de nacionalidad china y etnia uigur: Yusuf Mieraili (31 años) y Adem Karadag (27), también conocido como Bilal Mohammed. Se les imputa una decena de cargos, entre los cuales destacan los de asesinato premeditado, conspiración, posesión ilícita de explosivos e inmigración ilegal.
La celebración del juicio ha venido posponiéndose desde agosto de 2016 al no encontrarse intérpretes de lengua uigur, lengua materna de los acusados, ya que estos no hablan inglés ni tailandés y desde luego no quieren facilitar el buen discurrir del proceso aceptando hablar en chino.
Recordemos los hechos. El 17 de agosto de 2015, un artefacto explosivo colocado en el templo de Erawan, uno de los lugares más céntricos y turísticos de la capital tailandesa, causó 20 víctimas mortales —7 turistas chinos— y más de 120 heridos de diversa gravedad.
El atentado del templo de Erawan es considerado como el más sangriento de la historia reciente de Tailandia. La investigación policial condujo a la detención de un total de 17 personas, pero solo se ha presentado cargos contra los dos chinos de etnia uigur arriba mencionados.
En agosto de este año, el inicio del juicio se pospuso una primera vez porque el intérprete aportado por la fiscalía, un ciudadano uzbeko perteneciente al Congreso Mundial Uigur, tenía antecedentes relacionados con el tráfico y consumo de estupefacientes. Además, los acusados aseguraron que no le entendían (sic).
A tenor de la nacionalidad de los reos, el pasado 25 de octubre, el tribunal militar instó a la embajada de la República Popular China en Tailandia a que aportara dos intérpretes de lengua uigur.
El 15 de noviembre, día de la primera sesión del juicio, los acusados rechazaron a los intérpretes. La defensa adujo que carecían de la imparcialidad necesaria para este proceso al haber sido seleccionados por el gobierno chino.
No obstante, la argumentación fue rechazada por el tribunal, al considerar que los intérpretes son adecuados porque dominan la lengua uigur y son de la misma nacionalidad que los imputados. El tribunal considera que los inculpados intentan ganar tiempo politizando el caso.
Según la policía tailandesa, los procesados habrían confesado ser los autores del atentado, pero estos últimos lo niegan y aseguran haber confesado bajo coacción y tortura. No obstante, las pruebas parecen meridianas en su contra. Las imágenes de las cámaras de seguridad muestran a uno de ellos transportando la mochila que contenía el artefacto explosivo y las declaraciones de los testigos también los incriminan, al igual que las numerosas pruebas materiales.
El móvil del atentado de Erawan es intrincado. Existe disparidad entre la opinión de muchos analistas y la policía tailandesa. Para los primeros, la acción terrorista sería un acto de venganza contra la junta militar tailandesa por la repatriación forzosa de 109 uigures a China semanas antes del atentado. Por su parte, la policía local excluye esta hipótesis y asegura que se trata de una represalia por la reciente operación gubernamental contra las redes de tráfico de personas en el país.
La primera hipótesis justificaría la autoría uigur del atentado, aunque por el momento no ha habido reivindicación alguna por parte del Movimiento Islámico del Turquestán Oriental (MITO) o de ninguna otra organización terrorista uigur o islamista en general.
La hipótesis defendida por la policía tailandesa plantea muchos interrogantes, el más obvio siendo qué motivación tendrían dos uigures con pasaporte chino para cometer un atentado terrorista en territorio tailandés y contra un objetivo que no representa al gobierno o a la nación china.
Cierto es que 7 de los fallecidos fueron chinos, pero el templo de Erawan es visitado por turistas de todo el mundo. Además, Erawan es un templo hindú y no budista, hecho que abundaría en la aparente (el juicio no ha hecho sino comenzar) sinrazón cometida por dos uigures opuestos al gobierno chino al atentar contra un lugar sin relación directa con Pekín.
El juicio podría prolongarse durante todo 2017 y no se espera ningún veredicto hasta comienzos de 2018.