Los yihadistas latinomaericanos captados en las filas del Estado Islámico y la amenaza islamista en América Latina
La amenaza yihadista en América Latina, la región del mundo con menos atentados. América Latina vive prácticamente al margen del terrorismo islamista internacional, más allá de algún incidente como los atentados de los 90 contra representantes israelíes en Argentina, la preocupación sobre la zona de la Triple Frontera (Argentina, Brasil y Paraguay) o sobre el espacio que proporcionan los Estados fallidos como Haití para la amenaza yihadista. Buena muestra de la tranquilidad que existe en América Latina por ser la región del mundo donde se han registrado menos atentados de islamistas radicales, es que en la manifestación que hubo en París de todos los mandatarios internacionales tras los atentados de Charlie Hebdo en noviembre de 2015, no hubo ni un solo mandatario de Latinoamerica. Sin embargo, aunque los grupos de terroristas y militantes islamistas no parecen estar activamente presentes en América Latina, la posibilidad de que desarrollen lazos estratégicos con organizaciones del narcotráfico, si es que representa una amenaza importante para la seguridad. Tenemos que tener en cuenta que los “Estados Fallidos” por la falta de instituciones reales y de seguridad son el caldo de cultivo perfecto para atraer a organizaciones terroristas islamistas, por lo que hay una preocupación de que estos aparezcan en Centroamerica. Sin embargo, uno de los mayores peligros para que el yihadismo aparezca en la región son sus vínculos con el narcotráfico. Hay que tener en cuenta de que los carteles del narcotráfico y los grupos terroristas utilizan los mismos intermediarios para obtener armas, blanquear dinero y mover productos ilegales a través de sus fronteras. Las Triple frontera es objeto de vigilancia por parte de las autoridades estadounidenses, que han advertido que la gran comunidad de inmigrantes musulmanes que habita en la zona, sumándole las redes de contrabando, narcotráfico e inseguridad de la zona podrían derivar en el desarrollo de organizaciones como el Estado Islámico, Al-Qaeda y Hezbolá, que están presentes en la región y con la posibilidad de que se pudieran activar células durmientes.
La propaganda para reclutar combatientes en la Yihad, sea en Siria o Irak, se encuentra traducida a varios idiomas incluyendo el castellano. La propaganda de convocatoria, ha recibido el nombre de “turismo para yihadistas” sobre la base de que Mahona habría señalado que “el turismo es la Yihad en el camino a Ala”. Los yihadistas latinoamericanos en Siria e Irak son poco mencionados pero constituyen una fuerza de hombres y mujeres de creciente significación. Los “yihadistas latinos” provienen de Argentina, Brasil, Chile, Trinidad Tobago y México. Otros informes mencionan yihadistas de Colombia y Honduras. Los islamistas de DAESH se enfocan en la creación de un califato basado en la Unidad de Dios y los principios del profeta, por medio del establecimiento de la Sharía (ley islámica), regida por el Corán y la Sunna (los dichos del profeta, la transmisión oral), es decir procuran llevar conceptos más apegados a los principios religiosos del salafismo (Islam primitivo). Este grupo realiza ataques a objetivos específicos, con mucha violencia, emprendiendo su “guerra santa” contra lo que consideran impuro e infiel, de un modo similar que lo realizan grupos de la misma tendencia, de entre los que se desprende Al Qaeda. La diferencia sustancial quizás es el orden estructural que tiene para conformar algo estable, institucional y no solamente planear ataques y cambiar de sedes constantemente, el proyecto del Califato Islámico es más ambicioso y enfocado que el de otras tendencias islamistas. El último punto desarrollado por DAESH tiene que ver con planear atentados en países occidentales. Se atribuyeron los ataques terroristas de París en noviembre de 2015 y enero de 2016, también se han atribuido ataques contra objetivos rusos en el Sinaí egipcio y han amenazado con realizar otras acciones en grandes ciudades de Occidente, incluyendo dentro de los Estados Unidos.
Sin olvidarnos de los atentados de Bruselas y los operativos policiales que en los últimos días han desarticulado nuevas células terroristas preparadas para atentar en París, Roma, Bruselas y Rabat. Analistas en terrorismo como David Rapoport y Alex Schmidt, dividieron las acciones terroristas por época e inspiración (así como modo de operar). Y desde su visión los movimientos islamistas ingresarían en una 4ta ola de calificación que son los grupos inspirados en dogmas religiosos. Ola que comenzó con la Revolución Islámica de 1979. En una lucha por principios religiosos, cualquier guerra que busque debilitar solamente grupos no logrará su objetivo. En el caso del islamismo, se está delante de una guerra que comienza con un adoctrinamiento, promovido por los líderes religiosos de ese pensamiento y que se expande, tanto entre los musulmanes nacidos, como principalmente entre los conversos, por lo que los imanes que enseñan doctrinas salafistas son la principal arma de reclutamiento que tienen hoy los movimientos islamistas, tanto para luchar en el Medio Oriente como para perpetrar atentados en “países infieles al Islam”. Entonces, existen riesgos de ataques en territorios del continente sudamericano. Ya lo sufrieron los estadounidenses en el 2001 por medio de un ex aliado contra los soviéticos, el grupo Al Qaeda dirigido por el CIA Osama Bin Laden. Y se puede repetir la tendencia si no se hace la lucha desde el flanco doctrinal de las mezquitas salafistas y la expansión de los discursos de odio islamista por redes, las alarmas están activadas y si se menosprecia la capacidad que ha demostrado este tipo de agrupaciones, pronto las consecuencias volverán a ser nefastas. América Latina y el Caribe no son ajenas al terrorismo yihadista. Si a juzgar por los datos del Consejo de Seguridad de la ONU, en Siria e Irak habría más de 25.000 ciudadanos extranjeros combatiendo al servicio de EI y Al Qaeda provenientes de más de 100 países, al menos un centenar de ellos serían latinoamericanos y caribeños según el departamento de Defensa de Estados Unidos. Este grupo de cien yihadistas habría llegado hasta Siria e Irak “desde Surinam, Trinidad y Tobago, Jamaica o Venezuela” La tecnología y las redes sociales juegan un papel esencial en este reclutamiento. Abu Hudaifa Al Meksiki, es un buen ejemplo: El Mexicano, su apodo en árabe, se dio a conocer en diciembre de 2014 en varias cuentas de Twitter asociadas al Estado Islámico, según hizo público el Centro Estadounidense Consorcio para el Análisis y la Investigación del Terrorismo (TRAC), y habría sido utilizado por el Estado Islámico para poner cara a sus combatientes extranjeros. “Al Qaeda tiene un largo historial de amenazas en la zona” y el auge del Estado Islámico “ha provocado que el terrorismo islamista comience a ganar peso en la agenda de crisis en situación de amenaza anti-terrorista” del gobierno mexicano. Otro de los mexicanos con nombre y apellido en esta yihad global, esta vez enrolado en una célula activa de Al Qaeda, fue juzgado el 19 de marzo de 2015 en California y condenado a diez años de prisión por tratar de viajar hasta Afganistán para “luchar contra los marines estadounidenses” Miguel Alejandro Santana Vidriales fue capturado por el FBI tras viajar a México, desde donde pretendía emprender trayecto a Afganistán para, según la sentencia judicial, realizar atentados con “coches y explosivos C-4 sobre bases militares”, bien en “suelo estadounidense o afgano” El reclutamiento de combatientes para el Estado Islámico es un fenómeno global, aunque posiblemente menor en América Latina que en el resto del mundo. Es el caso de Bastian Alexis Vasquez y Francis Peña Orellana. El primero, un noruego de 25 años hijo de chilenos, abandonó su pueblo noruego de Skien para unirse a la filas de Estado Islámico bajo el nombre de Abu Safiyya, tal y como se presenta en uno de los vídeos detectados por la policía noruega en Youtube. La segunda, detenida por las autoridades españolas en enero de 2015, ha sido acusada de reclutar mujeres yihadistas para enviarlas vía Turquía hasta el territorio de Estado Islámico. Peña Orellana, de 25 años, nació en la localidad chilena de Viña del Mar aunque vivía desde hace nueve años en España, según el auto judicial. Las primeras informaciones sobre la presencia de ciudadanos de América Latina y europeos y estadounidenses de origen latinoamericano combatiendo en Siria e Irak fueron publicadas en 2013 por el Instituto Británico de Defensa IHS Jane’s, que calificaba a estas personas como “yihadistas exóticos” —hablaba también de colombianos, hondureños, costarricenses y brasileños.-
Un informe publicado por un instituto de inteligencia muestra la globalización del Estado Islámico: ya no recluta combatientes cerca de Siria e Irak, sus principales territorios de acción. Dentro de sus filas hay 26 sudamericanos provenientes de Argentina y Brasil. El reclutamiento de los países de América se produjo a través de las redes sociales, especialmente en la primera fase del proceso, cuando el grupo comenzaba a expandirse. Los ciudadanos de los países más alejados llegan hasta el ISIS a través de simpatizantes del grupo en Twitter, especialmente. Sin embargo, “no se ve un patrón de reclutamiento similar al de Europa o los países que conformaban la Unión Soviética”, sostiene el instituto de inteligencia. “Los números son muy bajos”, asegura de todos modos el documento al referirse a los yihadistas sudamericanos. Se entiende: su proporción es infinitamente menor si se la compara con los 6.000 tunecinos, 2.500 sauditas, 2.400 rusos, 2.100 turcos y 2.000 jordanos. Sin embargo, se maneja poca información respecto al número de combatientes originarios de América Latina. Esta historia cambió con la aparición de Bastián Alexis Vázquez, conocido entre los yihadistas de Oriente Medio como Abu Safiyya. La aparición Bastián en el campo de batalla, sentó un funesto precedente de mujahidines latinos. Conocidos como los “yihadistas exóticos”, en su mayoría provienen de países como Argentina, México, Brasil, Chile, Colombia, Honduras, y hasta Trinidad y Tobago, según un reporte publicado por el diario británico Daily Telegraph, en junio de este año. Por otro lado, la revista de defensa Jane´s indica que un número importante de integristas sudamericanos perdieron la vida en las cercanías de Damasco, en un intento de hacerse con el poder. El magazine también señala que 36 brasileños y 150 mexicanos se enrolaron al autoproclamado califato, siendo el caso de Abu Hudaifa al Meksiki (el mexicano en árabe), el más destacado. Este joven del que se tiene poca información, apareció en una fotografía publicada en internet el 16 de mayo del año pasado. En la imagen, el terrorista aparece en un paisaje desértico, con el rostro cubierto, y portando un fusil de asalto. Al Meksiki habría caído muerto en la ciudad kurda de Kobane, escenario de los enfrentamientos más sangrientos por parte de ISIS. “El éxito del ISIS supera los sueños de otros grupos terroristas, que ahora parecen pasados de moda, como Al Qaeda. El Estado Islámico ha alentado a decenas de miles de yihadistas a unirse a sus filas y ha inspirado a otros a convertirse en simpatizantes. La revista de defensa Jane’s, habría indicado en un estudio de investigación que 23 argentinos habrían muerto en Siria probablemente integrantes de Al Qaeda o Al Nusra. Un argentino y una chilena, muertos en las cercanías de Damasco, fueron mencionados como pertenecientes a un grupo fundamentalista islámico checheno. Asimismo, la publicación británica mencionaba sobre la muerte, entre otros, de 150 mexicanos y 36 brasileños. Noticias proveniente de Madrid, dan cuenta que un argentino fue detenido recientemente en España como integrante de una red que suministra combatientes a una brigada denominada Al Andalus de las filas de la organización Estado Islámico en Irak y el Levante (ISIS por sus siglas en inglés). Estos antecedentes públicos, solo tienden a ilustrar que la problemática del yihadismo también podría eventualmente tener graves repercusiones futuras en América Latina. Para la Argentina que ya atravesó dos dramáticos y criminales atentados terroristas, el tema no debería ser menor. En particular al conocerse poco de la conexión local. Consecuentemente, es natural preguntarse cuáles son las medidas que el gobierno argentino se encuentra adoptando para prevenir el terrorismo internacional islamista. Otro interrogante – incluyendo el temor- es que los islamistas fundamentalistas latinoamericanos tengan aun centros de contactos activos en la región o en algún momento vuelvan a los países de origen. Estas preocupaciones aumentan ante los vaivenes de una política exterior, cuanto menos, confusa o desinteresada en Medio Oriente. Además cuando el gobierno siquiera se ha dignado a emitir un comunicado oficial condenando las terribles muertes de los periodistas norteamericanos brutalmente decapitados por el ISIS.
Independent analyst and researcher on China-Taiwan relations and the Indo-Pacific region.
Teaching cross-strait relations and other Indo-Pacific topics in online Master's Degrees at the University eCampus and the Pegaso Università Telematica of Italy, the King Juan Carlos University of Madrid, the UCAM of Murcia and the International Institute for Global Security Studies (INISEG). Lecturer and author of books and articles on geopolitics, security, defense and Islamic terrorism, among other topics.
He holds a BA and an MA in Translation & Conference Interpreting from Barcelona's UAB; he studied Mandarin Chinese at both Tianjin Foreign Studies University (TFSU) and Beijing Foreign Studies University (BFSU); he taught Translation & Conference Interpreting from Chinese into Spanish at BFSU for three academic years (2014-2016).
In love with languages, of which he speaks 5 fluently (ES, CA, EN, FR, ZH) and has a high command in a couple more (PT, IT).
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