En 1953, tras 7 años de combates y sucesivas operaciones militares, algunas en parte exitosas, como Lea y Ceinture, y también rotundas derrotas como la batalla de Cao Bang, más la reiterada incapacidad para liquidar a los líderes del Viet Minh y cortar las vías de suministro vietnamitas desde China, Francia, que necesitaba colocarse en posición de ventaja respecto a su enemigo de cara a la negociación prevista en Ginebra para el verano de 1954, decidió asestar un golpe decisivo al Viet Minh en un alejado lugar que pasaría a ser tristemente célebre —el valle de Dien Bien Phu.
Cuando el general Raoul Salan fue requerido en Argelia, llegó a Hanói el general Henri Navarre. Con este último oficial como comandante en jefe se decidió continuar con la estrategia de posición erizo en territorio enemigo diseñada por De Lattre para Vihn Yen, pero a una escala mayor.
De nuevo, los franceses eligieron una zona totalmente controlada por el Viet Minh, lo bastante grande como para albergar suficiente infantería, artillería y pistas de aterrizaje y que cortase las principales vías de abastecimiento desde China a las fuerzas de Giap. El valle de Dien Bien Phu era el lugar ideal, según esta osada y poco ortodoxa estrategia.
Dien Bien Phu tenía la ventaja de que ya había sido tomado por las fuerzas francesas años antes y abandonado después, por lo que conocían el terreno. Contaba con espacio para dos pistas de aterrizaje, una ya construida aunque en bastante mal estado, y un río de caudal medio que podría evitar, o al menos dificultar, los asaltos en masa de las fuerzas vietminh.
No se tuvieron en cuenta detalles como la lejanía de Hanói, quedando el enclave casi en el límite de la autonomía de vuelo de los cazas franceses, ni la gran pluviosidad que reducía sobremanera la visibilidad para realizar bombardeos aéreos en apoyo de las tropas sobre el terreno.
La fortificación de Dien Bien Phu comenzó con la llamada Operación Castor, en la que los paracaidistas tomaron posesión del lugar y comenzaron a prepararse para la llegada de suministros. Años antes habían construido una pista de aterrizaje, en mal estado en ese momento, que tuvieron que nivelar y reasfaltar para permitir el aterrizaje de aviones. El lugar contaba con una carretera, pero decidieron llevar todo el material por vía aérea.
A finales de 1953, la base estaba terminada y lista para hostigar al enemigo. Sin embargo, las unidades enviadas para destruir las baterías que los hostigaban a ellos no pudieron encontrarlas, y aún peor, una de las misiones lanzadas contra los viethminh perdió a un oficial con algunos planos detallados de las posiciones defensivas de la base.
Durante el tiempo de construcción de la fortificación los combates fueron continuos, cobrándose la vida de más de 150 soldados del ejército francés, pero los oficiales galos no vieron el peligro que los rodeaba y siguieron recibiendo visitas de numerosas personalidades invitadas a ver la última maravilla del ingenio militar francés.
Si los franceses hubieran decidido abandonar la base antes del ataque Vietminh, podrían haberles infligido una derrota psicológica al dejarlos en mitad de la jungla y sin enemigo contra el que luchar. El error de los franceses estribaba, por una parte, en la superioridad militar que estos creían tener porque, según el oficial de artillería coronel Piroth, los vietnamitas no podrían llevar hasta allí sus piezas y si lo hacían no podrían abastecerlas con regularidad. Si aun así lograban tenerlas en funcionamiento, ellos las destruirían con su artillería. Dicho oficial cometería suicidio poco después de comenzar la batalla, al darse cuenta de su terrible error de cálculo.
La segunda razón, que mostraba que la base se estaba convirtiendo en una ratonera, era que al tiempo que se colocaban los últimos sacos terreros se estaba preparando una conferencia en Ginebra para decidir el futuro de la colonia. Huelga decir que una nueva y contundente victoria como la de Vinh Yen sería una estupenda baza para la diplomacia francesa, pero lo contrario forzaría a Francia a retirarse derrotada, como acabaría sucediendo.
El general Giap aceptó el reto de atacar la base a campo abierto debido a presiones políticas y asignó cuatro divisiones a la tarea, reuniendo 49.500 hombres de combate y 31.000 de apoyo. Mediante una estrategia habilidosa, logró dispersar 70 de los 84 batallones móviles que los franceses tenían desplegados por toda Indochina, para que les fuese materialmente imposible acudir en auxilio de la base atacada.
El 13 de marzo de 1954, a las 17 horas, en la primera oleada, 9.000 proyectiles cayeron de improviso sobre las fortificaciones Beatrice e Isabelle, donde aguantaban estoicamente el bombardeo de artillería los paracaidistas franceses, tiradores argelinos, legionarios thais y vietnamitas leales a la Unión Francesa. Las fuerzas francesas no esperaban un ataque masivo de artillería, de hecho, lo consideraban imposible debido a la dificultad, según ellos, de transportarla por la selva.
No obstante, la artillería vietminh, previo desmontaje de las piezas, había sido transportada por la selva en elefantes y después por las zonas montañosas por culís en bicicleta, junto a numerosas baterías antiaéreas. La artillería fue montada en las colinas adyacentes y desde allí machacaban tanto las dos pistas de aterrizaje como las posiciones fortificadas. Al final, el Viet Minh desplegó más piezas y disparó más proyectiles que los propios franceses, quienes se vanagloriaban de su artillería de última generación.
La primera noche del asedio a Dien Bien Phu, del 13 al 14 de marzo, el Viet Minh tomó Beatrice y, por desgracia para los franceses, los primeros obuses de los rebeldes en caer sobre esta posición mataron a los 4 oficiales y al teniente coronel Gaucher, responsables de la misma. El escenario se repitió en la posición llamada Gabrielle.
La noche del 14 de marzo, la posición Gabrielle, defendida por tiradores argelinos, fue sometida a un intenso bombardeo. El combate fue extremadamente virulento y a las 2 horas del 15 de marzo, el Viet Minh tenía ya tomada la ladera norte. Gabrielle cayó al día siguiente, 16 de marzo, después de que fracasará un contraataque aquel mismo día 15 de marzo. Asimismo, el Viet Minh bombardeó la pista de aterrizaje y destruyó la torre de control y derribó o forzó a los aviones a huir para no ser derribados.
No obstante, los aviones de carga y transporte C-47 siguieron aportando suministros y evacuando heridos, pero con gran riesgo de ser alcanzados y derribados por las baterías antiaéreas del Viet Minh. Las condiciones meteorológicas no ayudaban y el radio de acción de la aviación francesa desde Hanói era limitado (350 km x 2 = 700 km), lo que conllevaba un importante lastre para el avituallamiento de las posiciones.
El 17 de marzo los vietminh habían destruido Him Lam, Doc Lap, Ban Kao y la entrada norte de Dien Bien Phu. La segunda oleada, el 30 de marzo, fue estrechando el cerco y acorraló a las fuerzas coloniales en una posición pasiva de defensa, con la consiguiente desmoralización de las fuerzas defensoras. La tercera oleada fue la definitiva, provocando la destrucción de las fortificaciones y la rendición de las fuerzas francesas que aún las defendían.
Las fuerzas aéreas francesas hicieron todo lo posible por romper el cerco, bombardeando las posiciones vietnamitas con napalm, pero en la época húmeda en la que se encontraban no les dio el resultado previsto. El Viet Minh derribó 48 aviones, lo cual demuestra que las piezas antiaéreas desplegadas por el Viet Minh fueron una sorpresa para los franceses. Asimismo se destruyeron 16 aviones en tierra.
Las fuerzas francesas consideraron la zona montañosa como inexpugnable y se dieron cuenta, demasiado tarde, de que las posiciones estaban perdidas porque la artillería era invisible para ellos, pues estaba prácticamente enterrada en el suelo. Esa misma noche del 30 de marzo, el coronel Piroth, el comandante que había asegurado al comienzo de 1954 que su artillería neutralizaría cualquier intento del Viet Minh de bombardear el valle, se suicidó de un tiro en la cabeza. El hecho se mantuvo en secreto para no minar la moral de los defensores.
A partir de este momento, Giap se dio cuenta de que había que conquistar las dos pistas aéreas para acabar con la llegada masiva de refuerzos y de avituallamiento. No obstante, las numerosas bajas le obligaron a cambiar de táctica: del ataque en masa se pasó a la clásica guerra de asedio con trincheras, sofocando sistemáticamente la base con una red de trincheras que rodeaban los puntos de apoyo de Dien Bien Phu.
Los defensores franceses emprendieron un ataque contra las colinas donde los vietminh habían instalado las baterías antiaéreas, llegando a conquistar dos de ellas, pero no pudieron consolidar sus posiciones debido a la escasez de refuerzos disponibles.
Tras cinco días de combates cayó el primer aeropuerto (18-23 de marzo) y a finales de mes, el segundo. Esto fue un golpe muy duro para los defensores, puesto que al perder los aeropuertos la mayoría de suministros aerotransportados caían irremediablemente en manos del Viet Minh. A partir de ahí, según palabras del mismo general Giap, la batalla fue ‘un lento sangrado del elefante caído’, metáfora que se ajusta con exactitud a la suerte que corrieron los defensores franceses sobre el terreno.
El 28 de marzo, una acción ofensiva de la segunda brigada aerotransportada (los GAP2) contra las piezas antiaéreas del Viet Minh al oeste de Dien Bien Phu se saldó con pérdidas muy severas por ambos bandos: 20 muertos (2 oficiales) y 76 heridos (5 oficiales) por el lado francés y 350 muertos del lado vietminh (1000 probablemente fuera de combate), más la recuperación de un importante remesa de armamento (17 ametralladoras, 2 bazokas, 14 FM y 100 fusiles) y 10 prisioneros.
En el fragor de la batalla era frecuente que los vietminh arengasen a los sitiados para que rindiesen sus armas, apelando al espíritu aventurero de los legionarios y a las tropas africanas con menciones especificas a su anticolonialismo. Se les prometía salvar sus vidas, una liberación rápida y beneficios según su rango si después de rendirse luchaban en contra de sus jefes colonialistas. Pero estas arengas tuvieron poco resultado.
Durante la primera semana de abril, el monzón anual con sus fuertes lluvias inundó los búnkers, enfangó las trincheras y dificultó sobremanera los refuerzos aéreos, ya que los 4306 hombres que fueron lanzados para reforzar las fortificaciones entre el 14 de marzo y el 6 de mayo, no llegaron a suplir la totalidad de los 5500 defensores muertos, heridos o incapacitados para el combate hasta ese momento.
Los franceses eran conscientes de que la derrota era inminente, pero necesitaban conservar la posición hasta que empezara la Conferencia de Ginebra. El último intento por salvar Dien Bien Phu se llevó a cabo el 4 de mayo, pero las fuerzas expedicionarias francesas tuvieron que retroceder, cuando les faltaban pocos cientos de kilómetros para alcanzar su objetivo.
El día 6 de mayo se lanzaron sobre Dien Bien Phu el mayor número de pertrechos de los últimos días: 196 toneladas de avituallamientos lanzadas desde 50 aviones C-119 y C-47. Gracias al buen tiempo que reinó ese día el bombardeo aéreo contra los rebeldes fue muy intenso, con 47 bombarderos B-26, 18 Corsairs, 26 Bearcat, 16 Helldivers y 5 Privateers, pero los vietnamitas parecían pegados al suelo y no cedieron sus posiciones ni un ápice.
Al mediodía toda la base rugió con una explosión espeluznante, todas las piezas de artillería del Viet Minh abrieron fuego contra las posiciones enemigas y el infierno se desencadenó sobre Dien Bien Phu. A las 21:30 horas se lanzó el ataque general y los franceses respondieron con todas sus fuerzas, cañones, ametralladoras, morteros, etc.
La posición Isabelle notificó que habían destruido todos sus obuses y que solo les quedaba un cañón de 105 mm. A las 23:00 horas los vietnamitas que habían conseguido colarse por un túnel de 47 metros de largo, por debajo de los defensores franceses de la posición Elianne, intentaron detonar unos 1000 kilos de TNT, pero debido a un problema técnico la explosión fue solo parcial, aunque dejó un hoyo espectacular en el suelo (imagen inferior).
El Viet Minh lanzó el asalto definitivo entre el 6 y 7 de mayo de 1954, mediante un ataque frontal en toda regla. El general Cogny había ordenado a De Castries que no ondease la bandera blanca. ‘Haga morir el fuego por sí mismo para no arruinar lo que se ha hecho’, dejó dicho para los anales de la historia de la batalla de Dien Bien Phu. Ese mismo día De Castries fue promovido a general de brigada.
El día 7 de mayo, el general Giap consiguió la rendición del general Chistian-Marie Ferdinand de la Croix De Castries. Junto a él fueron hechos prisioneros a más de 10.000 hombres (12.000 según algunas fuentes). De ellos 16 eran coroneles y un teniente coronel, 1749 oficiales y suboficiales. Como anécdota, cabe señalar que el general de Castries había bautizado las fortificaciones erigidas por sus hombres en el valle de Dien Bien Phu con el nombre de algunas de sus innumerables amantes: Beatrice, Isabelle, Anne y Marie.
La victoria significó el fin de la primera guerra de Indochina tras la negociación y firma de los acuerdos de Ginebra. Gracias a la acción del primer ministro francés Pierre Mendes-France y el ministro de exteriores chino Zhou Enlai, apoyado por la URSS, se llegó a un compromiso, el 21 de julio de 1954, para otorgar la independencia a Vietnam. El país quedaría dividido por el paralelo 17, con la región al norte del paralelo gobernada por los comunistas de Ho Chi Minh y el sur para el emperador Bao Dai.
Asimismo, el acuerdo preveía la celebración de elecciones para la reunificación de los dos Vietnam en el plazo de dos años y el establecimiento de una comisión de control neutral, pero los Estados Unidos, que no habían aceptado los acuerdos de Ginebra, sustituyeron a Bao Dai por Ngo Dinh Diem, quien rechazó el acuerdo de paz, instauró una dictadura y procedió a perseguir a budistas, caodistas (una religión oriunda de Vietnam) y comunistas, lo cual provocó en 1958 el resurgimiento de las hostilidades y en 1960 la creación del Frente Nacional de Liberación de Vietnam del Sur o FNL, más conocido por Viet Cong.
El régimen colonial francés en Indochina había fenecido, mientras que el avance comunista triunfó gracias al nacionalismo, aunque el conflicto acabó por internacionalizarse. Ningún gobierno occidental prestó ayuda a los franceses, a excepción de los Estados Unidos, quienes preveían las consecuencias de la caída de Vietnam en manos comunistas. No obstante, no hubo ayuda militar directa porque Eisenhower no lo quiso así, si bien Washington financió el 80 % del coste de la fortificación de Dien Bien Phu y de la ayuda militar y de todo tipo que los franceses recibieron durante la batalla.
En cuanto a la oferta estadounidense de dotar a Francia con la bomba atómica para lanzarla sobre el enemigo y vencer la guerra, nuestras investigaciones apuntan a que se trata de un mito. En cualquier caso no existen pruebas documentales de ningún tipo acerca de una tal propuesta de Washington a París.
Supuestamente, en el contexto de la desesperación francesa por la inminente derrota en Dien Bien Phu y la consiguiente pérdida de margen de maniobra en las negociaciones de Ginebra, un diplomático francés relata haber escuchado en boca del secretario de Estado, John Foster Dulles, la frase ¿Quiere dos bombas atómicas? en el transcurso de una conversación con el ministro de Relaciones Exteriores francés Georges Bidault, en abril de 1954.
En realidad Dulles nunca estuvo autorizado para hacer tal oferta y no existen pruebas de que lo hiciera. Es posible que en el estado de ánimo en el que se encontraban los franceses en aquel momento, estos últimos sencillamente malentendieran el comentario de Dulles o que sus palabras se confundieran al ser traducidas, si es que realmente realizó esa oferta.
No obstante, según el profesor Fred Logevall de la Universidad Cornell de EE. UU., durante la reunión con el embajador francés, Dulles al menos habló en términos muy ambiguos acerca de qué pensaban los franceses sobre usar, potencialmente, dos o tres armas nucleares tácticas contra las posiciones enemigas en Dien Bien Phu.
El ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Georges Bidault, rechazó la idea (que no propuesta), según afirma el investigador estadounidense, pues él sabía que el uso de tales armas destruiría tanto a los vietnamitas como a los propios soldados franceses en Dien Bien Phu.
En la reunión estuvieron presentes funcionarios estadounidenses defensores de la mano dura como el a la sazón vicepresidente Richard Nixon, que sin embargo no contaba con poder político, y el almirante Arthur W. Radford, presidente del Estado Mayor Conjunto de EE.UU.
También se posicionaba en la línea dura el propio John Foster Dulles, obsesionado con la cruzada contra el comunismo. El presidente Dwight Eisenhower, empero, era mucho más cauto en cuanto al uso del arma nuclear, a pesar de que él mismo concedió una conferencia de prensa a principios de abril en la que proclamó la tristemente famosa Teoría del Dominó.
Finalmente, el sábado 3 de abril de 1954 Dulles se reunió con líderes del Congreso contrarios a la intervención militar a menos que el Reino Unido también se involucrara en la operación. Eisenhower le envió una carta al primer ministro británico, Winston Churchill, recordándole las consecuencias para Occidente de la derrota francesa en Dien Bien Phu. No obstante Churchill rechazó hundirse en el cenagal vietnamita y ahí se acabó todo.
La batalla de Dien Bien Phu fue la primera del siglo XX en la que una potencia colonial europea era derrotada por una fuerza de liberación nacional empleando tácticas convencionales en lugar de operaciones de guerrilla o guerra asimétrica. Tal fue la confianza que la victoria dio a los vietnamitas, que en 1967, ya en plena guerra de Vietnam contra los Estados Unidos, el general Giap empleó una táctica similar en Khe Sanh, pero la gran superioridad aérea estadounidense le impidió repetir victoria.
Las fuerzas francesas claudicaron el 7 de mayo de 1954. Francia perdía lo mejor de su fuerza de combate y cualquier postura de ventaja en la negociación ya en curso en Ginebra. Por otra parte, el conflicto argelino exigía que Francia prestara la máxima atención y desplazara sus tropas y recursos de Indochina a Argelia.
El 9 de octubre de 1954, los últimos soldados franceses arriaron la bandera tricolor de los edificios públicos de Hanói y fueron sustituidos por oficiales del Viet Minh, que hicieron su entrada en la capital con un desfile militar. Asimismo, Ho Chi Minh llegó a la capital de la que sería la República Democrática de Vietnam hasta 1975, mejor conocida como Vietnam del Norte. Unas 800.000 personas abandonaron la región del norte para refugiarse en el sur huyendo del comunismo.
Los dirigentes del Sur optaron por dar un golpe de estado y no celebrar el referéndum acordado en Ginebra. Por este motivo, Vietnam del Norte comenzó las infiltraciones de soldados en apoyo del Vietcong para anexionarse Vietnam del Sur. Así dio comienzo la Segunda Guerra de Indochina, más conocida como Guerra de Vietnam, llamada Guerra de los Estados Unidos por los vietnamitas.