En noviembre de 1946 comenzaron las hostilidades y la Guerra de Indochina (1946-1954). Con todo, al principio, el Viet Minh, liderado por Ho Chi Minh, aún no había tomado la iniciativa en el combate. En Laos y Camboya, el escenario fue similar y en un principio iniciaron la lucha armada contra Francia por su cuenta, con el grupo Jemer Issarak (los jemeres libres) en Camboya y el Pathet Lao dirigiendo la resistencia en Laos desde la vecina Siam (Tailandia), al haber sido incapaz de impedir la reocupación total de los franceses en 1946.
Los primeros incidentes importantes ocurrieron en Haiphong cuando los franceses desplegaron tres avisos coloniales y un portaaviones para bombardear una posición del Viet Minh, pero terminaron atacando a una columna de refugiados por error y bombardeando la ciudad, aunque también causaron la muerte de miles de rebeldes vietminh. A partir de entonces la guerra total contra Francia fue inevitable.
Los intentos de negociación entre Francia y el Viet Minh fracasaron, por lo que los combates entre galos y guerrilleros continuaron entre diciembre de 1946 y febrero de 1947, cuando el Viet Minh decidió lanzar una ofensiva destinada a la liberación de la ciudad de Hanói.
La batalla de Hanói supuso el primer enfrentamiento (en Haiphong solo hubo un bombardeo de un bando contra el otro) de la guerra de Indochina, que se libró del 19 de diciembre de 1946 al 18 de febrero de 1947. El Viet Minh fracasó en su intento de mantener el control de Hanói y sus fuerzas se replegaron a las montañas para consolidar su aparato militar y político.
Sin embargo, las fuerzas coloniales francesas ya temían que aquello se produjera y, a pesar de varios licenciamientos de soldados veteranos, contaban con suficientes fuerzas de la Legión Extranjera y paracaidistas para repeler la agresión rebelde, todos bien adiestrados y pertrechados para el combate.
Con su moderno arsenal, los franceses tomaron el control de las ciudades y persiguieron a los guerrilleros. En una ocasión enviaron 15.000 hombres a la parte norte y más inaccesible de Vietnam (en el marco de la Operación Lea) para localizar y capturar a Ho Chi Minh y su cuartel general, pero los guerrilleros vietminh lograron esfumarse.
Desde el principio, el Viet Minh casi siempre pudo concentrar las fuerzas necesarias para derrotar a las pequeñas y generalmente aisladas guarniciones francesas, a las que sometían volando primero puentes y rutas para después enfrentarse a pequeños destacamentos y desaparecer en la jungla, donde raras veces se aventuraba el enemigo francés, más acostumbrado a desplazarse por la Ruta colonial 4.
En aquella primera fase de la contienda no se hablaba de guerra, ni siquiera se la reconocía como tal. Sin embargo, para muchos participantes la impresión de que aquellos acontecimientos iban a desencadenar una confrontación abierta y en toda regla eran más que evidentes.
El general Philippe Leclerc de Hauteclocque realizó avances importantes. En Nan Bo envió a sus hombres y blindados contra cien mil guerrilleros, los cuales acabaron por desmoronarse y fueron derrotados. No obstante, no todo fueron fracasos para los vietnamitas, puesto que en el delta del Mekong los ataques contra la Legión Extranjera fueron constantes y Leclerc tuvo que desplazar tropas hasta allí, debilitando áreas donde Giáp logró reclutar más campesinos-guerrilleros.
Estos ataques guerrilleros provocaron el desalojo de varias aldeas sospechosas de colaboración con la guerrilla, lo cual creó un gran problema de refugiados y un resentimiento considerable y creciente contra los franceses. El conflicto fue evolucionando cada vez más a favor de los rebeldes por lo que, el 7 octubre de 1947, los franceses, al mando del general Raoul Salán, intentaron acelerar el final del conflicto lanzando la Operación Lea, un enérgico ataque sobre las bases del Viet Minh en las montañas al norte de Hanói, una región del Alto Tonkín conocida como Viet-Bac.
El asalto se inició con nueve batallones que formaron dos puntas de lanza, y un ataque de la infantería paracaidista francesa sobre un poblado que se sospechaba era un cuartel general rebelde. El ataque tomó por sorpresa a los rebeldes vietminh, cuyos líderes se encontraban en la zona y tuvieron que ocultarse en una acequia ubicada a pocos metros de una posición enemiga.
Después de tres días de encarnizados combates, los franceses obtuvieron cierta ventaja militar, pero el objetivo de la ofensiva no se consiguió, puesto que los líderes rebeldes no fueron capturados y el enemigo no se expuso a una batalla campal que habría supuesto su destrucción y una posible derrota final. El Ejército francés intentó forzar la situación a su favor con un nuevo ataque en diciembre de 1947, que fue hábilmente rechazado por los rebeldes, permaneciendo en la jungla y hostigando al enemigo hasta obligarlo a retirarse.
La Operación Lea merece un análisis más contextualizado y pormenorizado, a pesar de que en los párrafos precedentes ya la hemos esbozado. Antes del fracaso de la primera gran ofensiva del Viet Minh del 19 de diciembre de 1946, el general Leclerc fue enviado a Indochina para estudiar la situación desde el terreno. El informe que redactó a su regreso a París aconsejaba una negociación por medios políticos, antes de que Francia se viera forzada a resolver el conflicto manu militari.
El gobierno galo firmó en marzo de 1946 el ya citado acuerdo Jean Sainteny-Ho Chi Minh, en virtud del cual Francia reconocía a la República Democrática de Vietnam como un estado libre miembro de la Federación Indochina y de la Unión Francesa. De esta guisa, las tropas francesas pudieron regresar a Hanói en virtud de lo estipulado en el acuerdo, aunque no fueron bien recibidas e incluso tuvieron que negociar con el Viet Minh para poder desembarcar.
Sin embargo, la situación estaba empeorando rápidamente en ambos bandos. Pareciera como si tanto franceses como comunistas y nacionalistas indochinos (VNQDĐ, el Partido Nacionalista Vietnamita) hubieran sabido desde el principio que la guerra era la única solución al conflicto. Francia acabaría bombardeando Haiphong, mientras que el Viet Minh multiplicaba los ataques contra los colonos franceses y sus colaboradores locales.
La orden que el gobierno francés envió el 27 de marzo de 1947 al Alto Comisionado de Francia en Indochina y al comandante superior de las tropas en Indochina era clara, concisa y firme. Las áreas que fueran tomadas por el Viet Minh serían reconquistadas y este último quedaría así aislado de sus bases de suministro en la frontera con China.
Sin embargo, los medios necesarios para lograr el objetivo no estaban del todo definidos. Correspondió, por tanto, a los destinatarios de ejecutar la orden la tarea de evaluar y solicitar tales medios. El general Valluy, comandante en jefe de las tropas galas, estimaba que se debía aumentar el número de la fuerza expedicionaria a 50.000 efectivos (aún insuficientes dada la extensión del territorio indochino) a los que había que sumar las formaciones regulares y auxiliares reclutadas localmente.
El gobierno francés aceptó la petición del general, pero parte del refuerzo se desviaría de su destino inicial y sería enviado a Madagascar para aplastar el levantamiento popular de abril de 1947. Valluy dispondría solo de 35.000 hombres para cumplir su misión. Con todo, las conquistas coloniales en el África subsahariana e Indochina se realizaron con números modestos (excepto en algunas ocasiones). ¿Por qué no, entonces, continuar así la lucha contra el Viet Minh?
En diciembre de 1946, Vo Nguyen Giap, el comandante del ejército Viet Minh, se sintió lo bastante fuerte como para obligar al ejército francés a evacuar Tonkín y el norte de Annam. Al analizar esta provisional retirada francesa, Giap adoptó un principio napoleónico: ser el más fuerte en un punto concreto.
La situación militar del Viet Minh lo llevó a reformular dicho concepto: “El enemigo (Francia) se encontró ante una contradicción. Sin dispersar sus tropas, le era imposible retener el terreno invadido; al dispersarlas, se ponía en aprietos. Si concentraba sus tropas para hacer frente a nuestra acción, se le hacía difícil, cuando no imposible, mantener el terreno ocupado.” Basándose en este análisis, cuya información provenía de numerosas fuentes, Giap opuso esta estrategia a la de reconquista seguida por las tropas francesas durante las operaciones Lea y Ceinture.
El general Valluy delegó en el general Salán, al mando de las tropas francesas en el norte de Indochina, el diseño y la realización de las operaciones destinadas a expulsar al Viet Minh de los territorios que controlaba al norte de Tonkín y establecer una línea de puestos militares a lo largo de la frontera con China. Para ello, Salán puso en marcha la Operación Lea, con la que movilizó a más de 16.000 hombres de los tres ejércitos.
La operación tenía como objetivo tomar el control de las rutas coloniales RC4 y RC3 (RC: Ruta Colonial) y la región de Phu Doan – Tuyen Quang – Backan – Vietri. La operación Lea contaba con operaciones simultáneas adicionales, como la Operación Geneviève, mediante la que se trasladó tropas francesas a Sip Song Chau Tai, territorio al noroeste de Vietnam poblado por tribus Tai.
Asimismo, la operación Ceinture (Cinturón) reemplazaría a Lea en el cuadrado formado por Tuyen Quang – Thaï Nguyen – Phu Lang Thuong – Vietri. La preparación de la operación Lea y sus operaciones anexas fue extremadamente minuciosa, hasta tal punto que la planificación logística de la acción del grupo aerotransportado se realizó según un modelo estadounidense.
Para la operación Lea, las fuerzas terrestres se dividieron en tres grupos. El grupo S, a las órdenes del teniente coronel Sauvagnac, estaba formado por tres batallones de paracaidistas y una sección de ingenieros paracaidistas, totalizando 1200 hombres. Actuando en destacamentos aislados, el grupo era totalmente aerotransportado y abastecido por 35 aviones.
El Grupo C, bajo el mando del coronel Communal, incluía dos batallones de infantería, un escuadrón blindado, un grupo de artillería y una compañía de ingenieros. Fue desplegado por río mediante tres flotillas que comprendían 20 lanchas de desembarco anfibio.
Finalmente, el grupo B del coronel Beaufre intervendría por tierra desde Langson. Con 8.000 hombres, incluía 5 batallones de infantería, blindados del Regimiento de Infantería de Tanques de la Marina (RICM), dos grupos de artillería y varias compañías de ingeniería.
A esta fuerza francesa dividida en tres grupos de tierra, mar y aire se oponían 26.000 soldados del Viet Minh. La mitad de ellos incorporados a cuatro regimientos de regulares. La otra mitad forma un todo dispar, mezcolanza de la escuela de infantería del Viet Minh y los servicios y milicias que se pueden movilizar de inmediato en el lugar.
El conjunto no estaba motorizado y su artillería se limitaba a unos pocos morteros del calibre 81. No obstante, era muy probable que se reforzara en poco tiempo con armamento procedente de China, razón por la cual el comandante francés consideraba urgente intervenir.
El 7 de octubre de 1947, dos destacamentos fueron lanzados en paracaídas sobre Bac Kan y Cho Moï. El grupo B dejó Langson por Cao Bang y luego quedó bloqueado en Hanói por una inundación del río Rojo que impidió que la flotilla cruzara por debajo del puente Doumer. El día 9, el tercer destacamento de paracaidistas se apoderó de Cao Bang. Al día siguiente, tomó la dirección del sur para entrar en contacto con el grupo C, el cual tomaría Tuyen Quang el 13 de octubre.
Hasta aquel momento, el Viet Minh había rehuido la lucha contra los franceses. A partir del 22 de octubre, empero, se volvió más mordaz. Mediante ataques y emboscadas, el Viet Minh provocó 38 muertos en las filas francesas que acometieron la limpieza sistemática de la región. La Operación Lea finalizó el 14 de noviembre.
El 19 de noviembre de 1947, las mismas tropas francesas, al menos las que no fueron estacionadas para guardar los puestos militares, atacaron a las tropas e instalaciones del Viet Minh establecidas en el cuadrado Tuyen Quang – Thaï Nguyen – Phu Lang Thuong – Viétri. La Operación Ceinture, por su parte, finalizaría el 14 de diciembre.
A pesar del dominio francés de la logística, del control de las rutas coloniales RC4 y RC3, y de las pérdidas humanas infligidas al Viet Minh, las operaciones Lea y Ceinture supusieron sendos fracasos. El Viet Minh no fue desmantelado, ni mucho menos. Pese a las bajas, el aparato político y militar del Viet Minh no se vio seriamente afectado.
Es indiscutible que se reconquistaron las rutas RC4 y RC3, pero resultó ser una victoria inútil, puesto que para bloquear de manera efectiva la frontera con China se requería colocar al menos 50 hombres por kilómetro para vigilarla. La cantidad de efectivos necesarios superaría el total de tropas francesas entonces presentes en Indochina. El punto muerto previsto por el general Leclerc en su informe al gobierno galo no tardó ni un año en materializarse.
El fracaso de las operaciones Lea y Ceinture convenció a los franceses de que la victoria no sería cosa fácil, por lo que intensificaron sus esfuerzos por alcanzar un rápido final del conflicto con vanos intentos por eliminar a los rebeldes, que derivaron en una agotadora guerra de guerrillas que se prolongó hasta 1950, en la que ni los franceses fueron capaces de imponerse en el terreno ni el Viet Minh fue capaz de realizar operaciones de gran envergadura.
En los primeros enfrentamientos, los franceses vencieron con facilidad a los comunistas vietnamitas expulsándolos de las ciudades rápidamente hasta tomar el control de todas ellas. Giap llevó a sus guerrilleros a las zonas rurales que habían comenzado a dominar los meses anteriores, campos y selvas donde contaban con cierta ventaja por la vegetación y el adiestramiento. Con todo, el poder militar de Francia era muy superior, se realizaron varias operaciones y finalmente Giap optó por la retirada hacia China, donde podían contar un refugio seguro para reorganizar sus fuerzas.
Los franceses estaban exultantes y despreciaban a Giap y a sus hombres por su escasa estatura y su aspecto casi famélico, a pesar de que realmente solo controlaban y estaban seguros en las ciudades. También contribuía a la moral los refuerzos de soldados provenientes de muchas partes del mundo que, con la finalización de la Segunda Guerra Mundial, no deseaban dejar la vida militar o necesitaban escapar de la justicia por las atrocidades cometidas en ella.
Por tanto, durante los primeros tres años, las apariencias indicaban que Francia estaba ganando la guerra. No obstante, la cruda verdad es que numerosas zonas del norte y del sur de Vietnam estaban por entero en poder de los rebeldes y que la contribución de los Estados Unidos al esfuerzo bélico francés (por lo menos el 8 % del gasto militar lo sufragaba el gobierno de Eisenhower) era el oxígeno que mantenía vivo al ejército colonial galo en aquellas lejanas tierras.
Francia puso mucho interés en conservar la «joya del imperio francés», fuente de caucho, arroz y opio, materias primas a las que después se añadirían otras consideradas estratégicas, como el estaño. Por su valor económico y también porque el conflicto argelino aún no demandaba excesivos recursos, Francia destinó a la península asiática a sus mejores oficiales, como el general Leclerc y después el general Alessandri.
El Viet Minh, por su parte, contaba en 1948 con unos 100 000 hombres y una base segura en China, junto a la frontera con Vietnam del Norte. En esa frontera los franceses instalaron una serie de puestos enlazados por la Ruta Colonial 4, con el fin de impedir la penetración de los comunistas. Fue en esa ruta donde Giap lanzó uno de los primeros ataques convencionales de la guerra.
El 25 de julio de 1948, varias unidades del Viet Minh atacaron a las dos compañías del Tercer Regimiento de Infantería de la Legión Extranjera en el fuerte de Phu Tong Hog. La acción tomó por sorpresa a los coloniales y casi se vieron rebasados por el número de asaltantes.
No obstante, los franceses pronto lograron dejar fuera de combate a los morteros enemigos mediante su moderna artillería y morteros más modernos y pesados que los del Viet Minh, deteniendo el avance de los guerrilleros y lanzando un contraataque que finalmente los derrotó y dispersó. La batalla de Phu Tong Hog le demostró a Giap que aún no estaba preparado para medirse a los legionarios.
Ante la situación de emboscadas constantes y pérdidas periódicas en el norte de Vietnam, los franceses vieron la imposibilidad de controlar todo el territorio norteño. En 1949 decidieron incrementar los efectivos en el norte para cortar las rutas de penetración vietnamitas desde China. Con esta estrategia se logró disminuir en parte la infiltración comunista, pero el coste en vidas humanas fue muy elevado.
Finalmente, en octubre de 1950, las posiciones francesas en el norte eran indefendibles y el mando francés tomó la decisión de abandonarlas. La evacuación de los fortines de Cao Bang, Dong Khe y That Khe debía realizarse por sorpresa y en el más absoluto secreto, pero la inteligencia vietnamita pronto se enteró de los planes de la Legión Extranjera. Giap decidió entonces montar la Operación Hong-Phong 2 para lanzar a sus fuerzas contra los franceses.
El 18 de septiembre logró tomar una posición intermedia de la Ruta, Dong Khe, y posteriormente aniquiló casi por completo a la columna que bajaba de Cao Bang y a la que ascendía de That Khe en la llamada batalla de Cao Bang. Con esta victoria hizo descender a sus fuerzas hacia el sur y obligó a los franceses a abandonar también Lang Son.
Antes de huir, empero, los soldados franceses, siguiendo las órdenes de sus oficiales, destruyeron 1300 toneladas de material y municiones que, sumados a los destruidos por la columna que evacuaba Cao Bang, constituían los pertrechos de una división entera.
La derrota en Cao Bang hizo pensar a muchos franceses, según el historiador galo Jean Lacouture, que no se podía ganar aquella guerra. El apoyo militar de China era demasiado evidente y fuerte como para ser capaces de oponerse a ella. A partir de 1950, la guerra de Indochina entró en una nueva fase cuando se internacionalizó el conflicto como consecuencia de la Guerra Fría.
El Viet Minh empezó a recibir armas pesadas y tanques de China y a coordinar acciones con otros grupos rebeldes de Indochina. Por su parte los franceses empezaron a solicitar ayuda militar de Estados Unidos e iniciar cambios en su estrategia.
Los rebeldes vietminh habían formado divisiones para enfrentarse a unidades de nivel de batallón y alterar las rutas de suministro atacando la Ruta Colonial 4 (RC4), cuyo trazado discurría desde Hanói hasta la frontera con China, y lograron apoderarse de la mayoría de las guarniciones.
La guerra ideológica y la paulatina conversión del Viet Minh en una fuerza regular provocaron que los franceses abandonaran Lang Son, una de las guarniciones más importantes, dotada de un enorme arsenal, y que se replegaran hacia el delta del río Mekong para finales de 1950.
La de Cao Bang fue una derrota muy fuerte para las aspiraciones francesas. Para remediarlo llegó el mariscal Alphonse Juin, pero tampoco logró resultados espectaculares. Por su parte, Stalin ya había constatado que el Partido Comunista Francés no ganaría las elecciones, mientras que la guerra de Corea acaparaba la mayor parte de sus ayudas en armamento.
Los franceses pidieron ayuda a otras naciones. Estados Unidos también estaba enfrascado en Corea y, en el fondo, sentía desprecio por el colonialismo francés. Sin embargo, a Washington le preocupaba aún más la Teoría del Dominó y el corolario lógico de esta, la Doctrina de la contención, por lo que continuó enviando asesores, material militar y aumentó su nivel de financiación.
Por su parte, el Viet Minh ya contaba con una estructura muy parecida a cualquier ejército regular y podía presentar varias divisiones en orden de batalla, mientras veía a sus enemigos siempre con escasez de personal, a pesar de los refuerzos obtenidos de los nacionalistas vietnamitas, dispuestos siempre a luchar contra los comunistas. En vista de esto, los vietminh anunciaron una gran ofensiva en toda la zona norte de Vietnam para la festividad del año nuevo vietnamita (Fiesta del Tet) de 1951. Pero terminó en una dura derrota Vietnamita en el delta del río Rojo.
Para tratar de detener a los rebeldes comunistas, París envió al general Jean de Lattre de Tassigny, quien rápidamente comenzó a preparar las defensas en el Delta y en una base más al sur, dentro de territorio controlado por los Viet, en la meseta de Vinh Yen. Con la reforzada Hanói y esta posición en erizo esperaba infligir una dura derrota a sus enemigos, derrota que les hiciera desistir o al menos reducir la presión sobre el poder colonial.
El general De Lattre estaba en lo cierto. En la fecha prevista comenzó la llamada batalla del delta del río Rojo, en la que De Lattre demostró gran valor al acudir al frente para reorganizar y animar a los sitiados, mostrando buenas capacidades de gestión y uso de la tecnología militar más avanzada para la época como era el avión y el napalm que destruyó compañías enteras, diezmó a otras y aterrorizó al resto. A Giap le costó meses volverlas a reunir y prepararlas para siguientes batallas.
París obtuvo una gran victoria en Vinh Yen y gracias a ella obtuvo varios meses de alivio. Desgraciadamente para los sueños imperiales franceses, las alegrías no duraron mucho, ya que el general De Lattre falleció de cáncer en 1952. Tras la muerte de De Lattre, comenzaba nuevamente el baile de altos mandos. El difunto general fue sustituido por el general Raoul Albin Louis Salan, apodado el Mandarín o el Chino.
Este oficial, uno de los mejores de las fuerzas francesas, decidió llevar a cabo una gran maniobra para cercar a los vietminh y aniquilarlos. Para lanzar la Operación Lorena reunió 4 grupos de blindados, 3 batallones aerotransportados, 5 unidades de comando, 2 escuadrillas antitanque, 2 divisiones de asalto y varias unidades de apoyo. En total un contingente de 30.000 hombres y abundante material con el que lanzó, el primer día de diciembre de 1952, un ataque contra los cuarteles del Viet Minh.
Ante tal superioridad, Giap rehusó el combate manteniendo a sus tres divisiones (unos 30.000 soldados) en la jungla. Los franceses los persiguieron durante 160 km de selva. Sufrieron una emboscada tras otra y lograron capturar un depósito de armas en Phu-Doam y los primeros camiones rusos que de tanta utilidad serían después a los vietnamitas en la batalla final.
Francia parecía superior en ocasiones pero la jungla era su punto débil. Siempre que Giáp ordenaba a sus tropas retirarse a la jungla, los franceses sufrían sobremanera. A eso había que añadir que, tras años de encarnizados combates en el marco de continuas operaciones, todavía no habían sido capaces de decapitar la dirección del Viet Minh. El desastre de Dien Bien Phu estaba cada vez más cerca.