El embajador de la India en Pekín durante la Guerra de Corea, Kavalam Madhava Panikkar o Sardar Kavalam Madhava Panikkar (1895-1963), es una figura completamente desconocida en España, los pueblos hispanoamericanos y Occidente en general, pero fue una personalidad clave en la comunicación extraoficial mantenida entre funcionarios de los gobiernos chino y estadounidense antes del inicio de las hostilidades en suelo coreano.
Panikkar, primer embajador indio en la República Popular China, nació el 3 de junio de 1895 en un pequeño pueblo de Kavalam, Kerala, a la sazón perteneciente al Reino de Travancore. Su educación escolar se realizó primero en su propio pueblo y luego en Trivandrum, Kottayam y finalmente en Madrás. Luego fue admitido en el Christ Church College de Oxford y, pocos meses antes del comienzo de la Primera Guerra Mundial, viajó en barco a Inglaterra.
Desde muy tierna edad Panikkar se interesó por la poesía en lengua malabar (malayalam). Él mismo escribió poesía y argumentó a favor del uso de la métrica dravidiana para la poesía malabar. El interés por el lenguaje y la poesía continuaría durante toda su vida, ya que compuso varias obras literarias en lengua malabar, se hizo amigo del famoso poeta Vallathol y siempre habló de la importancia de las lenguas dravídicas en la cultura india.
Durante su tiempo en Oxford expandió sus intereses a través de las reuniones del Oxford Majlis, una sociedad de debate iniciada por estudiantes indios que acogió a muchos líderes nacionalistas, así como una reunión con D.B. Jayatilake, el “Gokhale de Sri Lanka” (padre del independentismo ceilandés) que amplió particularmente su interés por la historia.
Panikkar navegaría de regreso a la India justo antes del final de la Gran Guerra y solo escapó por poco de convertirse en una víctima de la misma. Pasó un breve período en la Universidad Musulmana de Aligarh, donde escribió libros tanto en malabar como en inglés, de diversas índoles, incluida la regeneración de la educación en la India y un pequeño tratado sobre el imperialismo británico publicado en 1922.
En dicho tratado Panikkar expuso la raíz de la causa económica del imperialismo y examinó las diversas estrategias que el imperialismo aplicó en todo el mundo, además de formular la idea de que los países oprimidos de Asia tenían un punto de vista y una cierta similitud en su historia, noción clave para entender su amor por China y su intento de ayudar a evitar la guerra cuando estuvo asignado en Pekín.
Esta obra marcó su entrada en la política, que comenzó distanciándose de los académicos y convirtiéndose en el editor del diario en inglés Swarajya. Conoció a todas las grandes personalidades de la política india y fue enviado por Gandhi como representante del Congreso Nacional Indio para negociar un acuerdo entre el gobierno y el movimiento Akali (reformistas sikhs). Más tarde volvió al periodismo y se convirtió en editor fundador de Hindustan Times.
Posteriormente, Panikkar visitó Portugal y Francia. En la capital gala conoció y frecuentó a los vietnamitas y camboyanos que estaban entonces bajo el dominio francés. Su interés y conocimiento del Sureste Asiático se reflejaría en su obra posterior El futuro del Sureste Asiático. Regresó a la India para servir como asesor del maharajá Hari Singh de Cachemira, ocupar el cargo de ministro de Relaciones Exteriores del maharajá de Patiala y el de primer ministro del maharajá de Bikaner. Publicó un libro titulado Estudio de la historia de la India justo cuando el país se independizaba del Reino Unido.
Después de la independencia de la India en 1947, Panikkar fue miembro de la primera delegación de su país ante la ONU bajo el liderazgo de Vijay Laxmi Pandit. Posteriormente, en 1948, fue nombrado primer embajador de la India en la China nacionalista de Chiang Kai-Shek con capital en Nankín. Tuvo el extraordinario privilegio de presenciar la revolución comunista de primera mano y conoció tanto a Chiang Kai-Shek como a Mao Zedong.
Su pensamiento, fundamentalmente antiimperalista y panasianista, junto a su apoyo a la liberación de los pueblos asiáticos del imperialismo, llevaron a Panikkar a favorecer a los comunistas chinos antes incluso de que vencieran al Kuomintang en 1949. Efectivamente, ya antes de la caída del KMT y su huida a Taiwán, Panikkar, en respuesta al primer ministro indio Nehru acerca de si la India debía reconocer a la RPCh y cuándo hacerlo, contestó que se debería reconocer a la china comunista justo cuando el gobierno de Chiang Kai-Shek dejara de funcionar.
Nehru se mostraba dubitativo porque el KMT aún controlaba importantes franjas de territorio, incluso cuando la cúpula del gobierno ya había abandonado Nankín en dirección a Taiwán y aún cuando en la capital el gobierno hizo semblante de estar en funcionamiento hasta el 7 de diciembre de 1949, cuando fue oficial y definitivamente disuelto. A pesar de que la RPCh fue proclamada el 1 de octubre en Pekín y de la recomendación de Panikkar, Nehru no reconoció al gobierno comunista de Mao hasta diciembre de 1949, siendo a pesar de ello uno de los primerísimos países en hacerlo.
Tras la fundación de la República Popular China en octubre de 1949, Panikkar se convirtió en el primer embajador indio en Pekín, donde sirvió de 1950 a 1952. Previamente había sido evacuado de Nankín en el 49 para escapar a la toma de la ciudad por las tropas de Mao y fue reenviado a Pekín por barco al año siguiente. Es aquí cuando Panikkar se relaciona con las más altas esferas del partido comunista y del gobierno chino y se granjea la estima tanto del presidente Mao como la del primer ministro Zhou Enlai.
Precisamente, gracias a esta amistad y respeto personal entre Zhou y Panikkar, fue al diplomático indio a quien Zhou Enlai se acercó y le comunicó la intención de China de entrar en la Guerra de Corea si los estadounidenses entraban en Corea del Norte cruzando el paralelo 38. Este era el Rubicón que según China no debía cruzarse, ni por los Estados Unidos ni por Corea del Sur, de lo contrario China entraría en guerra.
La China de Mao, agotada y diezmada por decenios de guerra continuada (primero contra los japoneses y luego la guerra civil contra el KMT) no deseaba otro conflicto bélico y menos contra los Estados Unidos. No obstante, China ya concentraba al norte del río Yalu, frontera con Corea, un Cuerpo de Ejército formado por las divisiones 38 y 39. Los soldados chinos eran campesinos en su mayoría.
La guerra comenzó el 25 de junio de 1950 cuando las fuerzas de Corea del Norte cruzaron el paralelo 38, la frontera entre las dos Coreas. Tras la llegada de los estadounidenses y el contraataque de estos, China temía que la guerra no se acabara con la expulsión de las tropas norcoreanas de territorio surcoreano, sino que los estadounidenses intentarían conquistar toda la península cruzando el paralelo 38 y llegando hasta la frontera china.
China había comunicado a Washington, por mediación del solícito Panikkar, que el paralelo 38 era el límite que podía tolerar para no ver perjudicados sus intereses nacionales, pero Washington consideraba que Pekín no estaba en posición de dictar condiciones a nadie ni imponer el paralelo 38 como frontera entre las dos Coreas y que su frontera con Corea del Norte, el río Yalu, ya era suficiente para mantener a salvo sus intereses nacionales.
MacArthur y Truman sabían que el Ejército Popular de Voluntarios del Pueblo Chino ya se había organizado al norte del río Yalu, pero creían que China nunca desplegaría sus tropas debido a su debilidad. Los estadounidenses creían que China era débil militarmente puesto que no había sido capaz de ganar una sola guerra desde la primera Guerra del Opio, a mediados del siglo XIX. Tras la guerra se responsabilizó a MacArthur por este error de cálculo, pero en sus memorias el militar estadounidense escribió que el error de juzgar que los chinos no intervendrían fue consensuado entre él y el presidente Truman en la Conferencia de Wake Island.
El 1 de octubre de 1950, tropas surcoreanas acometieron una incursión al norte del paralelo 38 y avanzaron por la costa este. Este hecho puso en estado de alarma al politburó chino y, tras deliberar durante más de un día, la noche del día 2 de octubre, el Comité Central decidió intervenir militarmente en el conflicto si las tropas surcoreanas no se retiraban de inmediato.
La madrugada del día 3, Zhou Enlai se desplazó hasta la embajada india en Pekín para entregar el mensaje al embajador Panikkar, quien debía transmitirlo a los estadounidenses. Truman y MacArthur rechazaron el ultimátum y, el 7 de octubre, el presidente de los Estados Unidos ordenó a sus tropas cruzar el paralelo 38 e invadir Corea del Norte. El resto ya es historia.
Tras la intervención china en Corea, la India desempeñó un papel importante para lograr una tregua en la guerra y fue el propio Panikkar quien de nuevo se comunicó con chinos y estadounidenses en los intentos por negociar una infructuosa tregua. Panikkar dejó su cargo en China en septiembre de 1952 para trasladarse a Egipto también como embajador. Allí continuó poniendo en contacto ahora a Egipto, la India y China para organizar la celebración de la Conferencia de Bandung (Indonesia, 1955) que tendría como fruto la creación del Movimiento de Países No Alineados, en el que esos tres países ejercerían un papel de liderazgo.