Portaaviones Fujian (CV-18)

Este buque gigantesco, extraoficialmente llamado Tipo 003 (002 según algunas fuentes que también llamaban al Shandong 001A) antes de su botadura, es el primer portaaviones diseñado y construido completamente por China, aunque su casco sigue conservando algunas reminiscencias del ex Varyag, actual Liaoning (CV-16).

La construcción de la tercera unidad habría dado comienzo en marzo de 2015 en los astilleros Jiangnan de Shanghái, pertenecientes a la Corporación Estatal de Construcción Naval (CSSC). Según el South China Morning Post, el comandante de la Armada del Ejército Popular de Liberación, el vicealmirante Shen Jinlong, visitó en 2017 los astilleros para supervisar los avances en la construcción del buque.

Hasta hace muy poco apenas se tenían datos fiables sobre el portaaviones Tipo 003, excepto que se trataría de un diseño muy evolucionado respecto de la clase Almirante Kuznetsov, de la cual nacieron el Almirante Kuznetsov y el Varyag, este último convertido, como ya sabemos, en el actual Liaoning, primer portaaviones de la RPC. Tanto el Liaoning como el portaaviones Shandong CV-17 (Tipo 002 o 001A según algunas fuentes) se basan en el diseño soviético original del Almirante Kuznetsov.

La mayoría de expertos coincidían en la alta probabilidad de que la nueva unidad prescindiera del diseño soviético de rampa de salto o ski-jump y que, en su defecto, se hiciera uso del sistema de despegue mediante impulso con catapultas de vapor o incluso electromagnéticas, aunque esta última tecnología es muy compleja y sería muy osado ponerla en servicio en la tercera unidad, aunque al final China ha decidido por arriesgarse.

Antes de que el Fujian CV-18 fuera botado en junio de 2022 y se despejaran muchas incógnitas, expertos como Bryan Clark, analista del Centro de Estudios Estratégicos y Presupuestarios de Washington, ya apuntaban a que era muy posible que el tercer portaaviones incorporara catapultas de vapor o electromagnéticas y cables de frenado para permitirle el lanzamiento de aviones más pesados y hacerlos despegar y aterrizar con mayor rapidez, es decir, a mayor cadencia.

También era seguro que sería más grande que el Liaoning y el Shandong, lo que le permitiría transportar un mayor número de aeronaves. Es un secreto a voces que la Armada China quiere ampliar la gama de sus aeronaves basadas en portaaviones, sustituyendo al caza embarcado Shenyang J-15 por un nuevo avión más seguro y fiable e incorporando el uso de drones pesados aprovechando el uso de las catapultas.

Más importante aún, China quiere que los nuevos portaaviones desde esta nueva unidad transporten aviones AWACS, así como cazabombarderos más pesados que puedan transportar una mayor panoplia de armas. Para ello es imprescindible la implementación del sistema de catapultas de vapor o electromagnéticas para el despegue y de cables de frenado para el aterrizaje, es decir, que el portaaviones sea de configuración CATOBAR.

El KJ-600, primer avión de alerta temprana (AWACS) chino basado en portaaviones aterrizando sobre la cubierta del Liaoning.

Los portaaviones de gran desplazamiento con un número importante de aeronaves de gama variada pueden proporcionar a China la capacidad de estar presente y proyectar su poderío naval y aéreo en teatros de operaciones muy alejados de sus aguas territoriales, así como disuadir a sus rivales y enemigos a lo largo de la ruta comercial y de aprovisionamiento energético que va desde el Golfo Pérsico hasta China y que transita por los océanos Índico y Pacífico.

La protección de esa ruta es condición sine qua non para garantizar la salvaguarda de los intereses económicos y la consecución de los objetivos geopolíticos mundiales de Pekín y para proteger o evacuar a ciudadanos chinos de lugares en conflicto en el extranjero.

Por lo que respecta a las dudas, ya descartadas hace casi dos años, sobre si el portaaviones Tipo 003 se encontraba realmente en construcción o no, la única información asegurando que estaba en construcción en Shanghái provenía de un vídeo publicado en diciembre de 2016, donde el profesor Jin Yinan, ex director del Instituto de Investigaciones Estratégicas de la Universidad Nacional de Defensa del EPL, afirmaba que la construcción del portaaviones ya había dado comienzo en los astilleros de la CSSC en Shanghái en marzo de 2015.

No obstante, una fuente alternativa próxima a la Armada del EPL señaló que no había indicios de la construcción de un buque de tales dimensiones en los astilleros Jiangnan. De ser cierto que la quilla del Tipo 003 fue puesta en 2015, al menos hubiera cabido esperar la existencia de fotografías de módulos o de un casco de gran eslora en los astilleros.

Sin embargo, nada parecido a un portaaviones yacía en el dique seco de las instalaciones de la CSSC en Shanghái hasta que aparecieron las primeras fotografías, unos tres años atrás. La razón de la inexistencia de indicios previos fue debida a que el portaaviones se construyó por módulos en diferentes ubicaciones antes de unir las partes en el dique seco de la CSSC en Shanghái.

A pesar de las sospechas y dudas iniciales, provocadas en parte por el secretismo y el hermetismo del gobierno chino, el 27 de noviembre de 2018 la agencia estatal de noticias Xinhua confirmó de manera oficial que el segundo portaaviones de fabricación nacional estaba en plena construcción.

En mayo de 2019, un satélite comercial tomó fotografías de los astilleros Jiangnan en Shanghái, en las que se observaba un dique seco capaz de albergar un casco de grandes dimensiones, presumiblemente el de un portaaviones.

En septiembre del mismo año se tomaron más fotografías satelitales del mismo emplazamiento y, una vez comparadas con las anteriores, estas delataron importantes avances en lo que allí se estaba construyendo bajo las estructuras en forma de hangares que mantenían al portaaviones al abrigo de miradas de pájaro indiscretas.

Obsérvese, en la parte inferior, la ampliación del hangar y la modificación del resto del lugar según las distintas fechas.

Botadura del portaaviones Fujian

El 17 de junio de 2022, en los astilleros Jiangnan en Shanghái, la AEPL procedió a la botadura del tercer portaaviones de su historia, el Fujian (número de casco 18), hasta entonces denominado Tipo 003. Sirva esta adenda para despejar cualquier duda o sospecha acerca de la propia existencia del buque, si bien es cierto que ya se disiparon todas tres años atrás, cuando fotografías satelitales mostraron un hangar al lado de un dique mojado, hangar que iba ampliándose a medida que avanzaba el tiempo (fotografía anterior).

Botadura del portaaviones Fujian (CV-18), el 17 de junio de 2022 en Shanghái.

El nuevo portaaviones, el segundo de construcción nacional tras el Shandong (17), representa un salto cualitativo y tecnológico sin precedentes respecto a los portaaviones Liaoning y Shandong, herederos de un diseño soviético desfasado y con una configuración de cubierta, la STOBAR, solo empleada por los portaaeronaves de naciones que juegan en una liga inferior.

Tanto es así, que podemos asegurar, sin riesgo a equivocarnos, que la nueva unidad representa el inicio de una nueva clase de portaaviones chinos, puesto que su diseño rompe con la herencia soviética y su flamante configuración CATOBAR sitúa a la nave y a la AEPL en la misma categoría que las dos grandes potencias en materia de construcción y operatividad de portaaviones CATOBAR —los Estados Unidos y Francia.

No obstante, en honor a la verdad, queremos restar importancia o, mejor dicho, analizar de manera justa la importancia que el evento posee y poner las cosas en su contexto en cuanto a la nueva capacidad de proyección naval con la que el portaaviones Fujian dotará a la AEPL en los mares y océanos por los que esta última, por el momento, opera su incipiente flota de aguas azules.

En primer lugar, la botadura del portaaviones Fujian y la confirmación de su desplazamiento (80.000 toneladas), corroboran que China está siguiendo al pie de la letra las directrices del Programa 048 de construcción de portaaviones, que ya estudiamos en un artículo anterior.

Comparativa de tamaño entre los tres portaaviones chinos.

Efectivamente, el Programa 048 contempla tres etapas de 10 años cada una en las que se construirían dos portaaviones por cada una de ellas. En principio, las tres etapas preveían la construcción de portaaviones de configuración CATOBAR, nunca STOBAR. Esta exigencia fue incumplida en la primera etapa al incorporar al Liaoning a la flota y al construir el Shandong, ambos de configuración STOBAR debido a que así era el diseño original soviético.

No obstante, los criterios de la primera etapa que sí han sido respetados son el número de naves y su desplazamiento: 2 portaaviones con un desplazamiento de aproximadamente 60.000 toneladas cada uno. China podía haber construido el Shandong con las características con las que ha dotado al flamante Fujian (solo dos años y poco separan la entrega del primero a la AEPL y la botadura de este último), pero decidió construir una segunda unidad STOBAR. ¿Por qué? Porque el programa 048 contempla dos unidades por fase o etapa.

Las 80.000 toneladas de desplazamiento del Fujian y su configuración CATOBAR nos demuestran que la AEPL se encuentra inmersa en la implementación de la segunda etapa del programa. Ahora ya todo coincide: el desplazamiento, la cubierta despejada con catapultas en la proa y cables de frenado en la popa e incluso el hecho de que la propulsión es convencional y no nuclear, puesto que esta última no aparece hasta la tercera fase.

Existe mucha especulación acerca de si el portaaviones Tipo 004, ahora en construcción modular (por eso no hay fotos que, de momento, prueben su existencia) será o no de propulsión nuclear. La propaganda china extraoficial asegura que sí, pero los analistas no lo ven tan claro a tenor de las dificultades que implica el uso de la energía nuclear en un barco de superficie de una Armada, la china, que no tiene experiencia en este campo, aunque sí en su uso en submarinos.

Así creen los internautas chinos que será el portaaviones Tipo 004 (CV-19), supuestamente en fase de construcción modular en la actualidad.

Pero para nuestros lectores no es necesario basarse en análisis como el del rotativo hongkonés South China Morning Post, que en un artículo publicado en su sitio web el 23 de junio de 2022, asegura, apoyándose en la opinión de expertos de la US Navy, que el cuarto portaaviones no se propulsará mediante reactores nucleares porque es demasiado pronto para que China emplee de manera segura y eficiente tal sistema de propulsión.

No le resultará necesario, querido lector, porque si leyó el artículo sobre los programas chinos de construcción de portaaviones, sabrá que el Programa 048, en su segunda etapa, determina que serán dos portaaviones, ambos de propulsión convencional y 80.000 toneladas de desplazamiento, exactamente como el Fujian. Por tanto, la cuarta unidad, por ahora llamada Tipo 004, será otro portaaviones de las mismas características que el Tipo 003 Fujian (CV-18).

Si la AEPL implementara la propulsión nuclear en su cuarto portaaviones, perdería toda la experiencia en materia de operatividad del Fujian puesto que un portaaviones con propulsión nuclear requiere de una operatividad distinta a la de uno convencional. Incluso el uso de las catapultas, ya sean de vapor o electromagnéticas (estas últimas resta ver si funcionan realmente en el Fujian), sería diferente porque la energía nuclear permitiría una mayor frecuencia de despegues y ello afectaría a todo lo que los chinos aprenderán operando al Fujian en los próximos años.

Por tanto, es evidente que la siguiente unidad tras el Fujian seguirá siendo exactamente igual que este, de la misma manera que el Shandong es una copia exacta, pero con capacidades mejoradas, del portaaviones Liaoning. De esta manera no solo se cumple con lo estipulado en el programa 048, sino que la AEPL se otorga a sí misma sendas naves para acumular conocimientos con diferentes configuraciones y sistemas de propulsión, lo cual es clave para recuperar los cien años de desventaja que tiene respecto a países con tanta tradición en la construcción y el manejo de portaaviones como son los Estados Unidos, el Reino Unido, Francia e incluso Japón.

De esta guisa, la AEPL se asegura asimismo disponer de un número fijo de portaaviones operativos para operaciones de combate, cosa imposible si después del Liaoning (en realidad, un buque escuela) China hubiera decidido construir directamente un buque de configuración CATOBAR y, después de este, otro CATOBAR con propulsión nuclear.

El resultado sería que los tres buques, al ser nuevos para la AEPL en cada una de sus configuraciones y sistemas de propulsión, serían bancos de prueba para acumular experiencia y no podrían entrar en combate (al menos contra la todopoderosa US Navy), como sí puede hacerlo el Shandong (un Liaoning refinado) y lo podrá hacer el cuarto portaaviones si acaba siendo una versión mejorada del recién botado Fujian, el cual, por ser el primero de configuración CATOBAR, es por definición un buque banco de pruebas.

Por lo demás, y a falta de muchos más datos que, sin duda, irán apareciendo en los próximos meses y años, podemos apuntar ciertas peculiaridades que asoman con tan solo observar una fotografía o un gráfico del flamante buque capital (siguiente fotografía).

Comparativa entre el Fujian (18) y un portaaviones estadounidense de la clase Gerald R. Ford.

En primer lugar, en cuanto a las catapultas electromagnéticas se refiere, destaca que sus raíles son extremadamente largos, restando a la cubierta unos cuantos metros que servirían para aparcar muchas más aeronaves. Fíjense en la posición en la que se encuentran los deflectores de chorro de aire de las catapultas de proa, más atrás que en la clase Ford, al igual que los raíles.

Por lo que respecta a la catapulta situada a babor, el raíl es más largo que los dos a babor en la cubierta del Gerald R. Ford, el deflector de chorro de aire está muy atrasado y, además, algo que llama poderosamente la atención, solo hay una catapulta a babor en lugar de las dos preceptivas en todos los portaaviones estadounidenses desde su implementación en la US Navy.

Es cierto, empero, que existe una excepción notable en el uso de la doble catapulta a babor, como es el caso del portaaviones francés Charles de Gaulle, único buque en servicio en la actualidad que emplea una sola catapulta a babor y otra en la proa.

De todas maneras, el hecho de que el Fujian solo cuente con una catapulta a babor choca con la intención declarada de la AEPL de construir portaaviones a la misma altura que la de los Estados Unidos. No es un detalle baladí —una catapulta menos representa que el portaaviones chino no podrá lanzar el mismo número de aviones por hora que sus equivalentes estadounidenses. Y ese es un detalle que deja a la AEPL a un nivel inferior que la US Navy.

Pruebas de mar cada vez más cercanas

La entrada en servicio del tercer portaaviones de la RPC, el segundo de fabricación nacional, es un hecho irrefrenable y cada vez más cercano. Pero más cercano aún es el día de su viaje inaugural, el cual se espera tenga lugar en los primeros meses de 2024, tras completar los tests de amarre que se iniciaron en diciembre de 2023.

Pekín tiene prisa por deslumbrar al mundo castrense y civil con su nuevo buque capital, elevado ya a la categoría de superportaaviones. El objetivo declarado es avanzar lo más rápido posible en la culminación de las pruebas de mar para poder entregar el buque a la AEPL en 2025. Puede que en algunos medios se contemple fines de 2024 como fecha de la entrega a la Armada, pero en la práctica es imposible completar las pruebas de mar de un buque de estas características en menos de un año.

El Fujian CV-18 en sus primeras pruebas de amarre a fines de 2023. Este el paso previo a su viaje inaugural, ya muy cercano, y a las exigentes pruebas de mar que se prolongarán durante todo 2024.

En cualquier caso, el portaaviones Fujian habrá sido entregado y estará en servicio, sin lugar a dudas, antes de 2027, año en que se celebrará el centenario de la fundación del Ejército Popular de Liberación (EPL, PLA por sus siglas en inglés), unas fuerzas armadas que pertenecen y se deben, única y exclusivamente, al Partido Comunista Chino y no al pueblo, como cabría pensar. Por tanto, esa es la efeméride (en agosto de 2027) en la que Pekín sacará a relucir sus últimos avances en materia de sistemas militares terrestres y aeronavales.

No obstante, si como parece China se da tanta prisa por completar un portaaviones tan avanzado y complejo solo teniendo en mente la fecha de una celebración histórica, ese detalle por sí solo nos muestra, tanto a analistas como a los duchos lectores de este artículo, que para Pekín la propaganda sigue estando por encima de la competición militar real con Estados Unidos.

¿Mensaje simbólico en la elección del nombre?

En cuanto al nombre con el que se ha bautizado al nuevo buque —Fujian, como la provincia homónima—, su elección ha levantado un enorme revuelo a causa de la intención declarada por Pekín de reunificar Taiwán con el continente, manu militari si fuera necesario.

Sin embargo, la elección del nombre se ajusta a las regulaciones establecidas por el ‘Código de Nomenclatura de Buques Militares’, publicado el 18 de noviembre de 1978 y revisado el 8 de julio de 1986, por el que el Estado Mayor chino asigna el nombre a los buques de guerra de la Categoría 1 (portaaviones, LHD y submarinos nucleares) escogiendo entre el nombre de una provincia, región autónoma o municipio bajo jurisdicción central.

Por tanto, la elección de Fujian como nombre para bautizar al Tipo 003 se ciñe al marco regulatorio de la nomenclatura de los buques militares chinos y sigue la tradición bautismal iniciada en los portaaviones Liaoning y Shandong, cuyos nombres son los de dos provincias costeras chinas.

Hasta aquí, todo correcto. No obstante, la provincia de Fujian se sitúa justo en frente de la isla de Taiwán y, además, fue la provincia bajo cuya jurisdicción se encontraba Taiwán desde que fuera incorporada al imperio Qing en 1683, cuando se convirtió en una prefectura de Fujian.

Taiwán nunca había sido incorporada de manera formal a China por ninguna de las dinastías anteriores a la manchú. Más aún, la gloriosa dinastía Ming (1368-1644), inmediatamente anterior a la Qing (1644-1912), había incluso reconocido, de manera indirecta pero clara, que no consideraba a Taiwán parte de su territorio en una carta a un capitán de navío holandés que solicitó permiso para desembarcar en las islas Pescadores, justo en frente de Taiwán. El gobierno Ming advirtió a los holandeses que no pusieran pie en las Pescadores, por estar bajo su soberanía, pero que, en cambio, podían dirigirse a Taiwán.

Las costas de la provincia de Fujian también han sido la base de partida desde la que distintos personajes históricos chinos han invadido Taiwán. En 1661, el general Coxinga (o Koxinga), corsario de madre japonesa y fiel hasta su muerte a la dinastía Ming frente al invasor manchú, lanzó desde isla de Quemoy/Kinmen, aún hoy bajo soberanía de la República de China, un exitoso asalto anfibio contra Taiwán para liberarla de la ocupación holandesa.

Coxinga aceptando la rendición de los holandeses en Fort Zeelandia, cerca de la actual ciudad de Tainán, al sur de Taiwán.

Por su parte, el almirante Shi Lang, llamado en China el ‘Libertador de Taiwán’, marino a las órdenes de Coxinga antes de jurar fidelidad a la nueva dinastía manchú —de la que Coxinga había huido a Taiwán por su fidelidad a la dinastía Ming—, emprendió en 1683 un desembarco anfibio, también exitoso, para incorporar la isla a la soberanía de la dinastía Qing, la última en gobernar China.

En aquella operación, Shi Lang movilizó unos 300 juncos y 20.000 efectivos para el asalto, empezando por la islas Pescadores, y derrocó a la dinastía hereditaria iniciada por Coxinga al establecer el reino de Tungning tras expulsar a los holandeses. Curiosamente, Shi Lang fue el nombre extraoficial que durante muchos años circuló por Internet para llamar al casco inconcluso que luego se convertiría en el portaaviones Liaoning.

Cuando Shi Lang conquistó Taiwán para la dinastía Qing en 1683, aquella fue la primera ocasión en que la isla pasó a ser gobernada de manera oficial por una dinastía china. Es cierto que durante el reinado del clan Coxinga la isla había pasado a ser gobernada por la etnia Han por primera vez en su historia, pero debido a que en el continente la dinastía Ming ya había sido derrotada y sustituida por los manchúes, el reino de Tungning no puede considerarse como el gobierno legal y legítimo de los Ming en Taiwán.

Por tanto, Taiwán es territorio soberano de China desde 1683, aunque de 1895 a 1945 perdió la soberanía sobre la isla al tener que cederla de por vida al Imperio del Japón en virtud del Tratado de Shimonoseki tras la primera guerra sino-japonesa (1894-95), en la que ambos imperios se disputaron el dominio sobre la península de Corea y de la que China salió tocada y hundida, metáfora que se ajusta perfectamente a la realidad puesto que China fue vencida, sobre todo, en el mar.

Aún se puede encontrar gran cantidad de páginas web (previas a 2012) en las que el portaaviones Liaoning es llamado Shi Lang.

Por estas y otras razones, la elección de Fujian como nombre para el nuevo buque capital ha dado lugar a la especulación sobre si es o no un mensaje oculto, símbolo de la intención de Pekín de devolver Taiwán a la soberanía china. No obstante, el problema es que Taiwán ya se encuentra bajo soberanía china, la de la República de China, entidad política legal que se trasladó a la isla tras ser vencida en el continente por los comunistas en 1949.

A decir verdad, el papel que tanto Pekín como Taipéi desempeñan en el enredo de las dos orillas del estrecho de Taiwán es muy similar al de la dinastía Qing de los manchúes y al reino de Tungning del clan Coxinga. Hoy en Taiwán sigue existiendo el mismo Estado nacionalista —la República de China proclamada en 1912— que gobernaba en el continente antes de trasladarse a la isla, de igual manera que el reino de Tungning se fundó tras el repliegue a Taiwán de nacionalistas Ming que huían del invasor manchú en el continente.

Por su parte, la República Popular China y su gobierno coinciden con el papel desempeñado por la dinastía Qing, que tras vencer a los Ming en el continente, lanzó un ataque para conquistar Taiwán, algo que la RPC, afortunadamente, aún no ha hecho. Nótese que tanto para los manchúes como para los comunistas de la República Popular, la toma de Taiwán no fue ni sería una reconquista, sino una conquista, puesto que Taiwán nunca estuvo ni ha estado bajo la soberanía de esos dos Estados en el momento de su fundación.